Es difícil datar los inicios de la espadería en Toledo. Todos los historiadores coinciden en asegurar que en la época romana se hacían espadas en Toletum, pero algunos lo adelantan a la Edad del Bronce y restos hallados en yacimientos cercanos, como el del Cerro del Bú, posiblemente en los orígenes de la población.

Pero desde entonces a la aparición del acero toledano tuvieron que pasar varios siglos, posiblemente en el XV, donde la figura de Julián del Rey aglutina la mezcla de la tradición toledana y la árabe que dieron origen a esta técnica de elaboración de espadas que convierten a Toledo en la cumbre de la espadería mundial hasta hoy en día.

Pero la espadería es una industria viva, en constante evolución: no tiene las mismas características técnicas una espada corta de los primeros siglos, que una ropera del XVII, una katana japonesa, o actualmente un sable de gala militar.

Y en esta evolución, surge otro tipo de espada que respetando al detalle las tipologías históricas, tengan unas características técnicas que les permitan ser usadas en combate: espadas de recreación y combate, de Bohurt o de Hema…

Nosotros llevamos realizando espadas desde 1951, un trabajo artesanal de forjado y elaboración de espadas pieza a pieza. En este ambiente hemos aprendido el oficio, recibiendo una tradición centenaria, milenaria, a la que nuestros mayores han ido aportando técnicas que mejoran el producto final y que nosotros hemos ido aprendiendo y ejecutando a su sombra.

Deusvult es un lugar de encuentro: la tradición espadera toledana con las nuevas necesidades del uso de la espada en el combate moderno, a semejanza del empleo que se hacía siglos atrás, en el origen de estas armas. Y por supuesto, un encuentro personal entre armeros y luchadores, duelistas, esgrimistas, combatientes,… los que fabrican las espadas y los que las usan.

Que la fuerza os asista en el combate.